Adiós 4.
Adiós, adiós me dices y me llenas el alma
de dulce desconsuelo, de pesar sin rencor.
Más mi mente y mi pecho se mantienen en calma
y sueña la esperanza un retorno posterior.
Adiós al sueño imberbe de los primeros días.
Adiós a aquellas magias extrañas del encuentro.
Y mis ojos rescatan aquellas melodías
que marcaron la letra de aquel momento nuestro.
Y te digo, hasta siempre, si adiós hoy tú me dices.
Y permaneceré atenta acompañando al tiempo.
Recuerdo, un capítulo de las horas felices,
escribirá en el tomo de amores a destiempo.
Y aunque amargas tus últimas palabras parecen
adiós y gracias digo y no invoco tu perdón.
En frases del olvido nuestras horas perecen.
El tiempo y el silencio les darán su sazón.
Pernelle. 23 de octubre de 2005.
Dejo el "Adiós 3" que estaba dentro del "Y camino 7".
Con tu adiós se me han abierto entre pecho y espalda
los enormes vacíos de puñales cubiertos.
Son saetas amargas de amorosas palabras.
Sepultadas sembraron en quejumbrosos huertos.
Si este amor anodino cubrió un hueco en tu mente,
si en tu corazón frío la estima se abrió un vado,
no puedo ahora obligarte a quererme por siempre
sin haber de otro modo, tu querer compensado.
La sonrisa tomaste de modelo de vida.
Si pudiera aquel pesar, tu triste desconsuelo
tomaré si me dejas. Mas la deuda debida
no será esa moneda bajo el peso del cielo.
Un dios buscó luz de luna en sus abismos hondos.
La luz buscó una puerta de enormes horizontes.
El cóndor plegó su tiempo en sus mismos trasfondos.
Brillan amor y paz. Son luz y dios tras los montes.
Pernelle. 21 de marzo de 2007.