La estaba abrazando con fuerza. Sentía sus mejillas calientes apoyadas en su
hombro desnudo por la camiseta de tirantes, sus pechos apretados contra su
pecho. Sus manos recorrían sus caderas, intentando retener la suavidad de
ese cuerpo en su memoria. Probablemente era la última vez. No quería
soltarla.
Suéltame ya! Me haces daño
La miró; su cabello rubio y largo, sus ojos muy grandes en medio de esa cara
redonda de niña buena, la piel blanca, su cuerpazo de chica de 21 años. Mira
que estaba buena.
¿así que no hay marcha atrás?¿no quieres pensártelo? Te quiero
Eecordaba cuando se conocieron en aquella escuela. Él no se hacía con nadie,
ni falta que le hacía. Ella siempre estaba revoloteando por la clase,
chillando y hablando con sus amigas de lo bueno que está Hugo Silva. Su
libro indispensable para entender la vida era la revista Vale. Semanal,a
euro y medio, y conseguías un montón de información necesaria para ser una
tía guai y con una conversación interesante; no te quedes sin saber el tío
bueno que está EN LO MÁS ALTO en nuestro ránking de cachas. Consigue unos
pechos más grandes con estos sencillos ejercicios. ¡no te podrás librar de
las miradas de los chicos!el último capítulo de Los Hombres de Paco ¡queeee
guaaaaii estaaaa!!
¿como fue que terminaron juntos? Eran polos opuestos; ella siempre reía, no
paraba quieta ni un momento, le gustaba pelear con sus profesores (que, en
el fondo, la adoraban) y lloraba si el día anterior había discutido con su
madre, porque se sentía mal; al salir de clase le hacía una pulsera con esos
hilos de colores que se venden en los chinos y le pedía perdón, poniéndole
morritos y carita de arrepentida.
Él no solía hablar mucho. Llegaba a clase y se sentaba en un rincón, tomaba
apuntes y se iba. Eso sí, deseandole las buenas noches a todos. Todos le
tenían por un tío un poco raro. Aunque nadie jamás le dijera nada. Tenía una
cara normal, pelo muy negro despeinado, un piercing en el labio y otro en la
oreja. Era delgado y no muy alto. Pantalones rotos y camisetas estrechas era
su uniforme preferido. Bah, este tío es un pasota total, debe ser medio
hippy, pensaban. Y nunca viene a las cenas de clase. Vaya borde.!
Pero un día ella perdió el tren y él, sin saber por qué, se ofreció a
llevarla. Ella tenía 17 años y no tenía carnet de conducir. La subió en su
destartalado toyota de color verde y la llevó hasta su urbanización, en la
montaña. No hablaron mucho. Pero ella le dio su número y quedaron en ir al
cine algún día de estos.
Él sería un pasota, pero no era tonto. Vaya yogurín se me ha puesto a tiro,
pensó. Yo tengo 22 años, será ilegal si intento tirármela?es que esta
buenísima.
La llamó al día siguiente y fueron al cine. Ella le habló de su família, de
su madre y su hermano pequeño que era un capullo y que siempre se comía todo
lo bueno que había en casa y se terminaba toda la coca-cola. Él le habló por
encima de su trabajo de cocinero. Pero es temporal, dijo. De aquí poco
tendré un curro mucho mejor. Después del cine el la llevó a casa. En el
portal el le dió un beso. Ella se lo devolvió.
De eso habían pasado tres años y medio. No tenían mucho en común, y él se
aburría enormemente con ella: todos los fines de semana iban a dar una
vuelta, o al cine, o leían juntos la Vale, o miraban programas del corazón.
Ella no paraba de hablar de todo y el asentia y le daba la razón.¿has visto
al novio de la Nadia? Mira que dejarla sola todo el fin de semana para irse
con sus amigos! No te parece IN-CRE-I-BLE??! El pensaba pobre xaval, tendrá
que ver a sus amigos alguna vez. Pero se lo guardaba muy bien de decirlo,
porque si no ella lo miraba con los ojos muy abiertos y expresión “estoy
flipaaaando” y ponía el labio para abajo y se callaba. A él le hacía mucha
gracia esta expresión, y entonces la abrazaba y le decía que tenía razón,
que vaya capullo el tío ese.
Pero él la quería. Se sentía el dueño de sus risas, de su tiempo; gozaba con
la idea de que aquel cuerpo maravilloso le pertenecía, que los pensamientos
dentro de esa cabecita giraban siempre en torno a él. No sabía por qué ella
estaba con él. Ella ya pasaba de sus amigas y si su madre se enfadaba ya no
le hacía pulseras. Las miradas envidiosas cuando iban por la calle era lo ke
más le gustaba. Jodeos, cabrones. Al llegar al coche ella directamente ya se
sentaba en el asiento de atrás. El aparcaba en cualquier descampado en que
no hubiera muchos yonkis. Ella siempre le miraba con expresión expectante,
los ojos muy abiertos. El se sentaba detrás y empezaba a desnudarla. Ella se
reía y le tocaba su polla. Se enfadaba si no estaba muy dura. Hacían el amor
en los asientos del pequeño toyota, apartando toda la porquería que él
siempre tenía allí. Cuando ella tenía un orgasmo, apretaba los dientes y se
estremecía enterita. Si lo había hecho muy bien, al cabo de un rato le
premiaba con una mamada. Si no, no.
hacía más de tres años que duraba. Él había dejado pasar el tiempo a su
lado. Sabía que jamás iría a vivir con ella, jamás se casaría con ella. Pero
que bien me siento cuando estoy contigo, mi amor.
Ahora todo se había estropeado. Ella le había acompañado hasta la terminal.
Le había dicho que tampoco tenía nada mejor que hacer. Él pensaba que lo
mejor era largarse. Vete lejos, tío. Cerca de ella no puedes seguir
viviendo. Sin novia, sin amigos, pero con un pensamiento que te perseguirá
el resto de tus días. Para qué te vas a quedar? Si ella no fuera tan
terca....
te quiero mucho, princesa... -repitió.
no pienso abortar, gilipollas.
Joder! Por que se tuvo que romper ese preservativo? El día que ella le dijo
que se había quedado embarazada se le hundió el mundo de golpe. El día en
que él le dijo que ni hablar sería padre tan joven, que ya se lo podía
quitar de la cabeza, se hundió el de ella.
quiero tener ese niño, contigo o sin ti. Además, me gusta estar
embarazada.
A mi también me gusta. Te están creciendo las tetas.
Tu eres tonto o que? - pero una sonrisa se le escapaba de los labios
Se encogió de hombros y le dijo adiós. El avión sale ya, dijo. Adiós,
capullo.
All rights belong to its author. It was published on e-Stories.org by demand of Alex Vall.
Published on e-Stories.org on 14.04.2010.
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