Javier Gonzalez

Ciudad Blanca


Esta es la historia de dos mapaches, cuando
niños vivían en un mundo lleno de fantasía. Donde la inocencia florecía. Hicieron
cosas que no sabían si eran malas, por su inocencia. Vino una tormenta fuerte,
como un huracán nivel 6. Nuestros mapaches se juntaron, se escondieron pero la
tormenta los arrastro y volaron. Dos mapaches volando hacia el ojo de un
huracán, algo en el camino mortal los desvió del ojo del huracán y
aterrizaron en un lugar. 
Este lugar tenía zorros, osos, vacas,
caballos y otros más que nuestros mapaches no conocían. De todos los animales
con los que podrían haber hablado, hablaron con un cocodrilo hambriento. A nuestros
mapaches no les parecía malo. Pues era el único que no tenía un rostro
discriminado contra ellos. -¿Señor dónde estamos? El cocodrilo alucinando dijo:
-¡Pollos que hablan!, ¡por que usan antifaz! Los Mapaches se miraron a los ojos
mutuamente -¿Por qué usted tiene una cara tan larga? el cocodrilo los dejo de
mala gana. Nuestros mapaches caminaron por un puente donde en sus barandas se
iban a aferrar los conejos que habían perdido a alguien, iban a llorar cuando
algún familiar moría. Había conejos aferrados a las barandas llorando. 
A los conejo no les preguntaron nada pero
parecía que necesitaban oír algo esperanzador y uno de los mapaches fue y corto
unas flores y las lanzo al aire sobre su cabeza y el viento se las llevo hacia
el pequeñito rio al que los conejos derraman sus lagrimas. Y Por un momento
algo mágico estuvo en el ambiente... era un susurro silencioso que decía: No
están solos.
Los mapaches siguieron su camino hacia un
pueblo. Estaban sucios por correr por las llanuras y mientras más intentaban encontrar alguien a quien
preguntar ¿Donde estaban? encontraba animales tristes, amargados, desanimados,
quejumbrosos y prejuiciosos. 
Finalmente llegaron a un basurero y vieron
que decía “Basurero de Ciudad Blanca”. Mientras pasaron por el lugar nuestros
mapaches vieron zorrillos bailando y perfumándose, y llenaban frasquitos de un
perfume. Y dijo La mapuchita así es como hacen el olor a cisne.
 
Encontraron un orfanatorio en su camino. Vieron
Jirafas bebes, leonesitos, y tigres justos unidos como una familia mientras un flamenco
les gritaba:
- ¡Bestias inútiles! necesito animales salvajes. Coman carne cruda. Jirafita
bebe es mejor que comiences a correr mas rápido o terminaras como la otra. Lanzo
filetes de carne a los a los leoncitos y tigres. Los mapaches perplejos vieron
como los tigres se alimentaban y la Jirafita bebe gritaba: - ¡no, no se la
coman! ¡No! corrió llorando tan rápido que salto la cerca de palos y vieron
como corrió y corrió y corrió. Un Leoncito se fue detrás de la Jirafita. Los
tigres: -Un león vegetariano  hasta donde
llegaran estas locuras. -¡Coman Bestia! dijo otro a los otros leoncitos.
Nuestros mapaches siguieron caminando a paso
rápido. Esta vez el lugar donde había respuesta. Allí no querían preguntar. Y oyeron
a un Mono diciendo: -¡Vengan! ¡Vengan Animales y Animalas! vean el mejor
espectáculo del mundo: Leones y Tigres en una lucha a muerte. Los mapaches
vieron como brincaba de alegría el mono diciendo esto. Pasaron por una calle y
vieron a las conejas indecentes  era la calle
roja en toda la ciudad. Los conejos salían por la ventana... nuestros mapaches
siguieron más aprisa. Cuando ya no pudieron más cayeron dormidos en el camino
hacia lo desconocido.
Cuando los mapaches despertaron vieron que
nada de eso paso fue un sueño aunque cuando pasaron por el orfanatorio los
leones no eran amigos de las Jirafas, Los Tigres no le ablandaban a los leones,
y El Flamenco les temía a todos. Habían dos jirafas bebes pero eran las peores
del lugar mas peligrosas que un dragón de cómodo. 
Los Zorrillos cuando pasaron por el basurero
de su ciudad marginados arrumaban basura para quemarla y ni uno bailaba ni
llenaban frasquitos de fragancias famosas. Pasaron por un desierto donde
existió pasto en sus sueños. Era una planicie sin ningún pasto, tierra árida. Cuando
pasaron por el puente Vieron a un conejo lanzarse de el, y luego otro y otro y
cuando corrieron para ayudarlos ya era tarde... no había flores y lagrimas. Y
Cuando fueron a la Orilla de ese lago, vieron que estaba contaminado, ni un pez
nadaba en el. Y nadie iba a ese lugar si no era a contaminar... Los Mapaches se
acostaron en una colina con pasto. Antes de dormirse el mapuchito le dijo: - Si
Despertamos en la Ciudad Blanca no volveremos a soñar y se durmieron.

All rights belong to its author. It was published on e-Stories.org by demand of Javier Gonzalez.
Published on e-Stories.org on 03.09.2013.

 
 

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